Pasaje del libro “Ana la abuela de Jesús”.
domingo, diciembre 20, 2015
El libro, “Ana, la abuela de Jesús” de
Claire Heartsong, supuso para mí una gran apertura de consciencia acerca de los
hechos ocurridos hace ahora más de dos mil años. La historia más bella jamás
contada, me ayuda a conectar con mi esencia, eleva mi alma y me transporta a
través del tiempo y el espacio de regreso a esa era, pudiendo ser parte de la
trama acontecida aquel entonces. Los hechos se despliegan ante mí y contemplo
la maravilla del Plan Divino que se desarrolló y que conecta directamente con nuestra época actual.
Este pasaje que he elegido es especialmente
importante en estas fechas, para abrir las puertas de nuestros corazones y recibir la
energía de la Natividad en nuestros hogares y en nuestras vidas.
Dejémonos envolver por la esencia del verdadero mensaje de Luz y Amor, activando la Llama Imperecedera del Cristo
Interno que habita en nosotros.
Gracias infinitas, Ana.
"Entoné la canción familiar del destino
más alto que las sacerdotisas de Hathor cantaban a las almas recién nacidas.
Muy alto encima de nosotros, claramente visible como una “estrella” fija en los
cielos, estaba la MerKaba Beth Elohim. Huestes de ángeles, dominaciones, y
elementales vinieron y permanecieron junto a nosotros. Era como si toda la vida
estuviera conteniendo la respiración, a la vez que el silencio más profundo
penetraba el corazón mismo del Cielo y la Tierra.
Y en ese momento, asomó su cabeza
cubierta de rizos color castaño rojizo, y pronto el resto de su pequeño cuerpo estuvo
en mis manos.” ¡Gloria a Dios en las Alturas! ¡Paz y buena voluntad para la
humanidad!” Esos fueron los estribillos que escuchamos de las huestes
angélicas. Nuestra habitación brillaba con una luz dorada celestial. “He aquí a
mi Hijo, en quien Yo he venido a reunir mi rebaño. En él me complazco”, fueron
las palabras grabadas en nuestros corazones por el Dios Altísimo. Así es como
recibimos al Hijo del Hombre. Y tal como él me había prometido y mostrado hacía
más de una año, Yeshua había llegado a
mis pequeñas manos. De hecho, era bendita entre las mujeres, así como lo era
su preciosa madre.
(…)
Te diré además que yo estoy aquí
contigo. El único propósito de mi venida hace mucho tiempo es estar aquí en
este momento presente. No pienses que estoy lejos en el tiempo o en el espacio,
o que lo que ocurrió hace dos mil años no tiene relevancia para ti hoy. Ahora
mismo estás en medio del proceso de reescritura de tu historia pasada. De
hecho, algunos de vosotros habéis venido desde el futuro precisamente para ello.
Yo soy Ana del Carmelo, y he vuelto para
dar testimonio del nacimiento de Cristo en ti. ¡Estoy aquí para recibirte, así
como recibí al Ungido hace dos mil años! Te proporciono una cronología de
hechos e historias de personajes conocidos que has estudiado. Sin embargo, es
más importante la transmisión de frecuencias de transformación que las palabras
a través de las que proceden. Si escuchas más allá de las palabras, es posible
que recuerdes quién eres realmente y des un paso adelante para cumplir con tu
misión, jugando tu parte en este gran drama de la ascensión planetaria que
estamos cocreando juntos".
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