Hoy en la mañana me
dispuse a desayunar, uno de mis momentos preferidos del dÃa, cuando por un
despiste mi tostada comenzó a echar humo…
Bueno, diréis, eso es
habitual…
Sin mayor problema
raspé mi tostada y seguà disfrutando de mi desayuno… al poco me percaté que la
cocina se hallaba envuelta en una neblina que provenÃa de éste pequeño
imprevisto. Me levanté y abrà de par en par la ventana recibiendo la frescura
de la mañana y permitiendo que se llevara “los malos humos” de la estancia.
¿Y esto a qué viene
Ana?, preguntaréis… pues bien, antes seguramente hubiera refunfuñado y habrÃa
tirado mi tostada a la basura, mi humor, ante este pequeño incidente, serÃa
bastante similar a la negrura que habÃa en el pan, pero ahora heme aquÃ
con diferentes formas de actuar…
Los patrones se pueden
cambiar, los imprevistos en la vida llegarán sin lugar a dudas, pero depende de
nosotros la forma de abordarlos, no desechando a la primera de cambio nuestro
poder interior, con mimo y tesón cualquier “problema” aparente en tu vida tiene
solución si cambias tu perspectiva y abriendo la ventana de tu alma puedes
despejar las dudas que aparezcan en tu horizonte, dando paso a un Sol radiante
que alumbre a partir de entonces todo lo que te pueda acontecer en tu dÃa a
dÃa.
Gracias por compartir
esta reflexión junto a mÅ
¡Lo que da de sà una
tostada!
Con alegrÃa y gratitud
en nuestros corazones la vida se transforma a nuestros ojos...