Amada Divinidad
que habita en mí:
Protégeme de
todo mal.
Cubre con tu
manto protector mi entorno para que nada que no provenga de la Luz pueda
penetrar en él.
Cuida del
bienestar de los míos y atiende los deseos de mi corazón.
Hazme portadora
de la Luz para que allá donde me encuentre irradie la paz que envuelva a las
personas y se vayan de mi lado con
alegría y sosiego.
Hazme merecedora
de la lanza de los justos para repeler los ataques desmedidos y sin sentido que
con consciencia o no puedan hacerme a mí o a mis seres queridos.
Que tu Luz
ilumine mis pasos y sean mis actos reflejo del amor verdadero fruto del amor de
Dios.
Amen.
